Es una sorpresa que una amiga de la infancia te llame un día y te diga que se casa. A quién no le alegra una noticia así. Pero lo más sorprendente es que te elija como fotógrafo de su boda. Y mucho más si te dice que quiere que le hagas el video. Para mí es todo un privilegio.
Pasa el tiempo, las vidas de cada uno toman caminos distintos, te alejas del lugar donde creciste y ella se marchó a Zaragoza y yo me vine a Madrid. Pero el cariño sigue ahí intacto. Además siempre está bien conocer al futuro marido de una amiga. Por aquello de saber que se encuentra en buenas manos.
Siempre me gusta llevarme a las parejas por algún lugar especial para ellos. Entrenarlos un poquito para que el día de la boda estén tranquilos ante la cámara. Aproveché la tregua que nos dió en junio la pandemia de la Covid-19 y los deje pasear en las orillas del río Ebro en Zaragoza mientras los fotografiaba.
A pesar de que se ha tenido que posponer para el 2021, decisión muy acertada en mi opinión. Sé que va a ser una boda muy bonita. Los reportajes preboda como este, funcionan porque están enamorados. Delia y Javier lo están. Me quedo tranquilo al comprobar que mi amiga está en buenas manos.
Me encantó pasar la tarde con vosotros chicos. Pronto llegará el verano que viene y podréis disfrutar de vuestro amor con todos los que os quieren.
Nos vemos muy pronto.